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Foto del escritorNatalia Magdalena González-Cuevas

Buenas prácticas para un senderismo y coexistencia sostenibles

Artículo publicado en El Diario Montañés --> Link


Los campanos vuelven a los puertos, el ronco ladrido del mastín resuena en las praderías alpinas, las rutas en familia o con amigos transitan los montes con mucha más asiduidad. Ha llegado el buen tiempo, apetece respirar naturaleza y tomar conciencia de ese lema tan sonado ‘Cantabria Infinita’.


Cantabria, al igual que otras comunidades autónomas vecinas, alberga una gran red de rutas de senderismo y existe la figura de los montes comunales. Esta figura administrativa es muy conocida, especialmente en el norte, y significa que la titularidad del monte es colectiva de la junta vecinal, municipio…De la entidad local administradora.


En estas fechas estivales es muy común que podamos encontrar ganado en los montes y en los puertos de montaña. De hecho, el domingo 5 de mayo ya subieron cerca de 6.000 animales a los puertos de Áliva, que es todo un evento tradicional y que cada año atrae a más curiosos por lo espectacular del evento. Una alegoría a la tradición rural.


Estos aprovechamientos del territorio no están exentos de buenas prácticas para una correcta coexistencia de todas las actividades humanas. Por eso, cuando nos disponemos a organizar una ruta, debemos conocer los códigos y normas que imperan en la ruta de senderismo. Respetar las normas de cada uno de los espacios que frecuentaremos es crucial para preservar un bien público global como es el medio ambiente.


La masificación de los espacios verdes y sus usos ha traído consigo molestias a la fauna salvaje y al ganado, suciedad, etcétera. También ha permitido aspectos muy positivos como la sensibilización ambiental, el enriquecimiento de las zonas rurales más despobladas y el conocimiento de nuestro patrimonio inmaterial. El respeto por los usos y tradiciones tiene que estar a disposición de visitantes y locales para el disfrute de nuestro vasto patrimonio.


Decálogo de buenas prácticas para ‘urbanitas’ y ‘ruralitas’


1. No dejes huella, llévate tu basura




Una de las rutas de Ucieda


En las rutas de senderismo más masificadas se forman vertederos espontáneos que inicia algún caminante que así lo decide. Esto, a veces, en vez de resultar desagradable para los demás, supone un efecto llamada para otros senderistas, creándose montones de desperdicios. Hay un sinfín de consecuencias ya conocidas por todos de lo que perjudica al medio ambiente depositar plásticos, envases, vidrios… Llevémonos la basura a casa.


Otro factor perjudicial, y que es muy común en estas rutas de senderismo, es la colocación de papeleras o contenedores de basura que no tienen ningún tipo de mantenimiento, ni tapas. ¿Qué pasa con esto? Que a la noche los zorros, martas y otros animales irán a rebuscar a la basura y sacarán absolutamente todos los desperdicios. Es importante que las administraciones públicas eduquen en este sentido y no coloquen contenedores que no puedan mantener o que no cumplan con la sostenibilidad medioambiental.



2. Cumple las normas del espacio natural




Ejemplo de cartel informativo


Las rutas que transcurren por espacios naturales, protegidos, parques nacionales, u otros con tipología de clasificación, tienen algunas normas que suelen plasmarse en paneles informativos. Hay una falsa concepción en pensar que lo que no está prohibido está permitido. No. Es responsabilidad de cada uno aplicar el sentido común y la escala ética y moral para el aprovechamiento sostenible del territorio.




3. No interactúes con la fauna salvaje




Una cría de ciervo


En estas fechas los animales están en época de cría y en algunos casos podemos encontrar “bambis”, pollitos, zorritos, nidos, etc. No los toquemos ni molestemos para que sus progenitores sigan ocupándose de ellos. No están solos, sus padres están muy cerca, así que no nos los llevemos a casa o les sentenciaremos a la muerte o a una vida en cautividad. Deja que la naturaleza siga su curso.



4. Avistamiento responsable de fauna salvaje




Naturalistas realizando una espera de fauna


Cada vez hay más personas que se animan a avistar fauna salvaje y hacen turismo osero, lobero, ornitológico o de cualquier modalidad. Existen observatorios de fauna a los que podemos acudir para no molestar en zonas sensibles donde crían especies protegidas como puede ser el oso pardo. En los casos en los que no haya estos observatorios, debemos aplicar nuestra ética y situarnos en lugares que no se encuentren en mitad de un territorio de reproducción. La distancia debe ser prudencial y nunca debemos perseguir a los animales. Ninguna instantánea merece una molestia a los seres del bosque.


5. Ganadería vs senderismo




Praderías de Áliva


Este punto es muy importante porque cada año genera polémicas. El ganado que está en el monte está controlado, no está abandonado. Tiene dueño. No debemos perseguir a las reses, ni tirarles piedras por miedo, porque normalmente son inofensivos. Si están en mitad del camino bastará con pasar con una distancia de seguridad prudencial.


6. Perros de compañía y perros pastores




Mastina con su joven aprendiz de pastor


Los perros son bienvenidos en el monte, salvo donde expresamente no se permita. Siempre tienen que ir controlados por el dueño y si no atados. Los perros no deben perseguir a la fauna, ni correr detrás del ganado porque puede generar estrés e incluso abortos a aquellas hembras que estén apunto de parir. Normalmente, las cabañas ganaderas suelen estar vigiladas por perros pastores para evitar los ataques del lobo al ganado. Esta es una de las medidas preventivas que usan los ganaderos.


Los mastines acostumbran a estar con el ganado y muchas veces ni siquiera les vemos hasta que interceptan un intruso. Jamás debemos dejar que nuestro perro se acerque a ellos. Tampoco debemos atravesar un rebaño vigilado por un mastín porque éste nos puede ver como una amenaza. En caso de encuentros con estos perros hay que hablarles con tranquilidad y alejarse de su perímetro de acción.


7. Respetar los recursos hídricos




Lagos de Lloroza donde cada año se bañan turistas a pesar de no estar permitido


En muchas rutas tenemos lagos y ‘pozas’ que también albergan a sus propios habitantes. La herpetofauna es muy susceptible a los jabones, cremas y perfumes. Debemos evitar bañarnos en este tipo de lugares con el fin de no contaminar a especies vulnerables que lo habitan.



8. Vete bien equipado




Un mal calzado puede crearnos un importante problema


Las rutas varían según su terreno, altitud, época del año, meteorología… Es fundamental saber adónde vamos para que la excursión no acabe en desastre. La ropa y el calzado debe ser acorde al entorno que se va caminar. En las zonas altas de montaña podemos estar en las horas centrales a 26 grados y a 6 grados por la noche, es conveniente llevar siempre ropa de abrigo aunque amanezca un día soleado porque en la montaña todo puede cambiar en cuestión de horas.


9. Los refugios de montaña no son hoteles




Refugio de Cabaña Verónica


Los encargados de los refugios, especialmente los más conocidos, tienen que atender peticiones especiales de senderistas ocasionales. Un refugio de montaña a esas altitudes supone un coste importante a la hora de trasladar basuras, comida, energía; por lo que es importante tener en cuenta que no es un hotel y por tanto no tiene los mismos lujos. De hecho, muchos no disponen de ducha o baño.


10. Visita los pueblos y sus gentes




Un local haciendo madera en el pueblo de Cicera


El visitante puede disfrutar de la etnografía del pueblo y también aprovechar para conocer a sus gentes. No hay nada más enriquecedor que una buena conversación e intercambiar impresiones desde el respeto entre locales y visitantes.















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