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Puntualizaciones sobre la presunta plaga de conejos de Cueto

Artículo publicado en El Diario Montañés--> aquí.



En los últimos días, la Asociación de Vecinos de Cueto ha hecho público un malestar manifestado por algunos de sus vecinos en relación a lo que denominan “una plaga de conejos en la zona norte de Santander entre La Maruca y el faro de Cabo Mayor”, según exponen en un escrito formal enviado al Ayuntamiento de Santander y a la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente en declaraciones a este medio de comunicación y según Santiago Sierra, presidente de la Asociación.

Los afectados se ven en una situación de desamparo y esto ha provocado que hayan cursado la petición escrita donde se solicita un estudio de la población y su impacto medioambiental, algo razonable si la situación lo requiere una vez las instituciones analicen los hechos expuestos. Sin embargo, hay detalles que se escriben en el texto que no tienen en cuenta consideraciones ecológicas, además plantean alarmismos en torno a esta especie, vinculándola con un problema de salud pública.

El conejo es un animal colonial caracterizado por habitar en poblaciones concentradas cuando encuentra unas condiciones clímax en un ecosistema. Puede llegar a centralizar sus poblaciones en ciertos puntos, pudiendo haber varios a la vez, incluso algunas decenas. Esto es algo normal en esta especie, y no necesariamente tiene que responder a una plaga. En el caso de la zona referida, antes no había conejos, según comentan los vecinos que llevan décadas viviendo en esta zona. Esta población actual, según describen en el escrito formal, responde a una suelta ilegal que se produjo hace aproximadamente cinco años. Este tipo de sueltas no se pueden realizar al margen de las autoridades competentes, tienen que estar tuteladas por profesionales del área de medio ambiente de la Administración Pública competente y jamás realizadas por un particular porque incurre en un delito medioambiental.

Por otro lado, y continuando con su exposición, es alarmista y poco responsable hablar con rotundidad del conejo como el origen de un riesgo sanitario para la salud pública. Todas las especies somos reservorio de enfermedades, fauna salvaje, ganado doméstico, mascotas... Señalar que los conejos tienen pulgas o garrapatas no es motivo suficiente para que se diga que esta especie supone un riesgo sanitario. En el actual contexto de emergencia sanitaria no es positivo ni está justificado hablar de una especie como detonante de algún tipo de enfermedad sin un estudio previo y pruebas científicas.

Otro punto del escrito que hay que apostillar es la afirmación de que los conejos en ese espacio “no tienen depredadores naturales”. Entre La Maruca y el faro de Cabo Mayor habita mucha fauna quizá desconocida, pero existente que enriquece este hábitat tan singular de prados, zarzales, muros de piedra, acantilados... Un tesoro del que tenemos que sentirnos muy orgullosos y que debe ser cuidado por autoridades y ciudadanos. Algunos depredadores del conejo (adultos o gazapos) en este territorio: armiño, comadreja, garduña, zorro (aunque hay muy poca presencia en la zona), águila calzada, milano negro, busardo ratonero, lechuza común...

Esta clase de conflictos humano-animal son muy típicos sobre todo en casos en los que un territorio donde no ha habido una especie comienza a tener presencia, como ha sido el caso del conejo en este entorno. Sin embargo, en Villacañas -Toledo- donde cuentan con amplia presencia de conejo, los huertos se protegen con malla gallinera de 1 metro de altura, que se debe soterrar unos 25 cm para que los conejos no pasen por debajo además de otras medidas adaptadas a cada caso particular. Los métodos de prevención de daños son las herramientas con las que pueden contar los vecinos afectados hasta que reciban contestación con esas u otras soluciones por parte de las autoridades competentes para paliar los daños. Así, deberán utilizar métodos de prevención regulados y empezar a coexistir con la presencia de esta especie.

Habrá quien se niegue a aplicar estas medidas, pero de momento esta y otras soluciones que puedan trasladarles los agentes del medio natural son las que a día de hoy se podrían aplicar para que no supongan un problema para otras especies.



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